...Andando

FÁBULA EN UNOS POCOS SEGUNDOS

Por unos segundos las jaras fueron libélulas de mermelada de ciruela recogidas en diferentes ramas, que hacían las veces del palo que carga el preciado algodón de azúcar.
Por aquellos pocos segundos las estrellas se convierten en faros, faros de confianza que alumbraban cada uno, uno de los sueños. Así, eso que parecía una estampida de mosquitos brillantes se convierte en el ADN de las ilusiones.
Durante esos ínfimos segundos la fría roca granítica, se convirtió en una enorme nube de hierbabuena, desde sus bordes tan variados y sin pares, tan lisos y esponjosos, tan curvos y alocados, surgían, brotaban, se escupían columnas de los más vivos colores, y sobre ella el cuerpo yacía saciado de gratitud.
A medida que los granos de arena caían por el reloj el sonido del río iba siendo más aterrador y vigorizante, como si se desprendiera de los más poderosos tambores de guerra, como si despegara y arrancara el resto de la realidad, dejándose a solas en un dialogo estremecedor y revelador.
Por estos bellos segundos, las reglas se expanden y ensanchan, como si estuvieran hechas de lava o miel, se dejan caer dibujando formas inimaginables e inadmisible segundos atrás, en esa masa maleable no tenía cabida el tiempo o la comparación, todas las palabras sonaban a fabula en la brisa de la comprensión, las fabulas hablaban de un jaguar, nativo de su tierra, quien retaba a las estrellas de madrugada, controlaba la magia del fuego y hablaba con el alma del bosque, Quien a través de todas esas capacidades contactaba con sus ancestros. Quien se elevaba sobre los astros, totalmente en paz, desplegando sus alas virginalmente, ala vez que sentía tan cómodo como un maestro, mientras su cuerpo desnudo permitía a cada poro sentirse lleno de vida, coserse al alma de la galaxia.